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La comedia y la tragedia según Valentín y los Volcanes

La comedia y la tragedia según Valentín y los Volcanes

Jo Goyeneche y Panchito de la Canal estaban desempleados y se cambiaron a una casona “grande y ruinosa, pero muy linda” en La Plata. Habían pasado dos años desde la edición de Todos los sábados del mundo, el segundo disco del quinteto Valentín y los Volcanes, en el que cantan y tocan la guitarra y el bajo, respectivamente. Lo único que tenían ahí era una gran colección de discos de rock argentino. Los Gatos, Luis Alberto Spinetta, Litto Nebbia, Charly García, Virus, Los Abuelos de la Nada, Fito Páez, Soda Stereo. Las últimas décadas resumidas en viejas grabaciones.

“La mudanza fue también un viaje al pasado, porque esa discografía era lo que habían escuchado mis viejos; fue reencontrarme con ese rock argentino y escucharlo todos los días. Ahí empecé a componer y en dos meses salieron diez canciones. Los chicos pasaban todo el tiempo, porque era una especie de casa-bar donde siempre había agitación, así que subían a mi habitación y les mostraba las canciones nuevas”, recuerda Jo Goyeneche.

Así fue como nacieron las canciones de Una comedia romántica, el disco que Valentín y los Volcanes editó a fines del año pasado a través de Triple RRR Discos y que se puede escuchar como un compilado de melodrama, romanticismo pop y cinematografía.

Jo ya no vive en esa casa, sino en una de Villa Pueyrredón, “un barrio de construcciones bajas y con muchas plazas”, cuyos habitantes “se jactan diciendo que es el jardín de Buenos Aires”. Ahí se mudó luego de más de 30 años viviendo en La Plata, la ciudad en la que continúan sus compañeros de banda. Desde el patio de esa casa, a unos metros de una higuera y una pelopincho que espera ser desarmada, también explica cómo fue que esas canciones nacidas en una habitación del último piso llegaron a grabarse en el estudio de Tweety González, uno de los productores históricos de la música argentina: “Enseguida vimos que el material tenía una dirección concreta, que había una mano puesta en el pasado, en el rock nacional, y otra intentando ir adelante. Esa mano que tiraba para el pasado agarraba a Tweety también, que empezó a estar en nuestros planes fantasiosos, porque era una figura media inalcanzable, como hablar de Cerati, de Steve Albini, andá a saber”.

“Volviendo de un show en una ciudad de la provincia, Berna, que es el dueño del sello, nos preguntó si habíamos pensado en un productor para el disco y le dijimos Tweety González en chiste, pero serios. Obviamente dijo que sería muy caro, que buscáramos unos zapatos que nos calzaran mejor, pero le insistimos y él lo correteó por ahí, hasta que pidió unos demos que teníamos. Nosotros pensábamos que no había chance, pero a él le gustaron, nos citó y definimos el disco que queríamos grabar. Había dos opciones: un disco súper orquestado o uno que se pudiera tocar en vivo. Le dijimos que queríamos un disco para tocar, sabiendo que Tweety tiene una mano sutil en el audio, entonces grabar algo rústico a través de manos sutiles podía funcionar”.

-¿Cuál fue la importancia de grabar con Tweety González?

Creo que hay dos grandes elementos en la cabeza de una banda cuando va a grabar un disco. Un elemento determinante son las canciones y ahí no hay productor: compones en tu casa, con una guitarra que por ahí tiene dos cuerdas menos, que fue un poco lo que pasó. Después está no solo el productor, sino también el estudio donde grabás. Cuando apareció la posibilidad de Tweety González, también apareció la posibilidad de avanzar un poco en la calidad del audio. El qué ya lo teníamos y nunca dejamos que nadie se meta ahí, pero en el cómo somos más flexibles, nos gusta experimentar y no repetirnos. Nos aburriría grabar el mismo disco, entonces todo el tiempo estamos buscando qué opciones tenemos para no hacer lo mismo. Nos gustan los artistas que tienen discografías que conservan algún tipo de identidad estética o ideológica, pero que al mismo tiempo son flashes diferentes.

-En cuanto a las letras, me parece un disco más bien de desamor o melancólico. ¿Estás de acuerdo?

Sí. No me gusta ser muy autorreferencial, pero soy irremediablemente melancólico con esas cosas y compartimos ese carácter con mis amigos. Los discos anteriores también tienen matices de melancolía o de nostalgia, que es un poco más simpático, digamos. También diría que son canciones de relaciones, diferentes frames medios fantasiosos pero que parten desde la verdad, porque el arte es una gran manipulación pero siempre parte de la experiencia.

En este disco hay una dirección más sencilla. A veces pienso si es una búsqueda más popular, si traté de cantar menos complicado, pero en realidad no es una elección muy intelectual. Las letras caen, como cae la música. Supongo que hablan de mi vida o lo que puedo observar en la vida de mis amigos. Aun así, conservan un tipo de misterio que para mí es determinante.

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-¿Cómo se puede seguir cantando sobre amor sin caer en lugares comunes, conservando ese misterio?

Bueno, básicamente me estás preguntando cómo alguien puede intentar ser original hablando sobre temas universales, sobre los que todos los grandes poetas ya hablaron de forma casi definitiva. Es bastante difícil, porque uno se enfrenta a todo ese pasado, tiene que intentar estar a la altura del más chiquito de todos y nunca lo logra.

No sé, va a sonar medio new age o banal, pero si uno racionaliza sobre todo ese pasado, se queda en casa y no sale a ningún lado, porque ya está todo dicho. Las experiencias son todas diferentes. Están los grandes temas universales y están las personas, que somos muy diferentes entre nosotros. Si nos obligaran a los miles de millones de terrícolas a escribir un poema sobre un tema en particular, todos serían diferentes. Todos serían horribles, posiblemente, pero cualquier voz puede decir algo medianamente nuevo sobre la cosa. Tampoco creo que sea muy bueno confundir originalidad con autorreferencia, también tiene que haber un poco de virtud.

-Por eso prefería tu idea del misterio antes que la de originalidad.

Claro, es que si algo me gusta de cualquier obra artística es el carácter de profundidad, ese elemento que hace que no veas todo enseguida, que puedas hacer una segunda lectura y descubrir algo más. De eso se trata la poesía, ¿no? Decir las cosas de una manera distinta para que no se descubra tan rápido, es una de las cosas de las que se trata la poesía. Si una letra es demasiado explícita, no hay mucho por descubrir. Si fuera demasiado críptica, me aburriría y no me darían ganas de entenderla, estaría lejos de mis posibilidades. Es una búsqueda entre una cosa y la otra. Me parece que el equilibrio entre esas dos cosas es el camino que busco. Es como caminar en la cuerda floja.

-El disco se llama Una comedia romántica, pero en esas canciones de desamor, ¿qué hay de comedia?

Es que no hay comedia sin tragedia y no hay tragedia sin un poco de comedia. Dicen que el humor es el recuerdo de la tragedia. Cuando se hace el duelo de la tragedia, se puede convertir en comedia. Pero para no meternos en esa cosa, creo que es un título acorde al tono del disco, si consideramos que la vida es una película o también que aborda un poco esa cosa de cuáles son los límites entre lo real y la ficción. Las comedias románticas clásicas son el humor del perdedor en la víspera de algo que, según Hollywood, siempre termina saliendo bien, pero no estamos en Hollywood. Es un título que puede ser diferentes cosas según la escucha que hagas. Todavía no sé si es irónico o literal.

Además del título, hay una canción que se llama ‘Películas’, hay otras letras que hablan de películas o mencionan a Judy Garland, por ejemplo.

-¿Cómo llegaron a un disco que gira en torno al cine?

El cine es otro de los grandes estímulos que tuvimos toda la vida. Todos somos enfermos de cine desde siempre. Tres estudiamos cine, los cinco nos pasamos mirando una película detrás de otra durante mucho tiempo. Hay citas medias solapadas a películas, otras explícitas como la de Judy Garland, pero sobre todo creo que el disco tiene esto de qué es real y qué no lo es. En esa canción que citás, hay una frase que resume la línea argumental del disco: “apagamos la tele y vimos un documental sobre nosotros”. Eso resume nuestro vínculo con el cine y esa idea de la vida como cine o el cine como vida. Una pareja que apaga la tele y ve un documental sobre su vida, ¿es ficción o es real? Acaba de apagar la ficción para ver la realidad. Puede ser que el amor y el cine sean los dos ejes de la carreta en este disco.

-En 2013 vinieron a tocar a Santiago, ¿cuándo van a volver?

Este año vamos a ir a Santiago, pero no sé bien cuándo, si en agosto, septiembre, octubre. Tenemos muchas ganas, porque fue muy lindo. Fuimos solamente a Santiago, que no es poco, porque es un lugar enorme al que hay que ir muchas veces hasta agotarlo. Fue intenso y había muchos amigos que se pusieron tan contentos como nosotros. No es tan difícil, simplemente tienen que coordinarse ciertas cosas. Creo que también iremos a Lima, adonde no fuimos nunca todavía.

-Te lo pregunto también porque en los últimos meses han venido Él Mató a un Policía Motorizado, Antolín, Tobogán Andaluz, por ejemplo.

Sí, hay un puente construido desde hace algún tiempo. Por lo general vamos a tocar a lugares que en kilómetros son más lejos que Santiago, pero quedan dentro de la frontera, entonces tiene un agregado medio mágico el hecho de ir a otro país. En dos meses nos vamos a una gira por el norte argentino, por ejemplo, que queda mucho más lejos que Santiago, así que con esa lógica deberíamos ir todos los fines de semana. Es un viaje que esperamos ansiosos.

“CON MIGUEL FUIMOS HERMANOS”

Fue en medio de la promoción de Una comedia romántica que los miembros de Valentín y los Volcanes se enteraron de la acusación de abuso sexual contra José Miguel del Popolo, vocalista de La Ola que quería ser Chau. Las noticias llegaron en la previa a un concierto en Montevideo y las recibieron con particular impacto, por su cercanía con los protagonistas: “De alguna forma, con Miguel fuimos hermanos”, relata Jo. “Yo fundé un sello que se llamaba Juvenil Empresa de Color y lo hice un poco porque me gustaba mucho La Ola. Necesitábamos una plataforma y fueron la primera banda que entró. Fue una explosión espantosa”.

Aun así, dice el cantante, optaron por no escribir algún comunicado, como hicieron muchos de sus pares: “Lo hablamos mucho y tomamos esa determinación. Sí nos comunicamos con las chicas, sobre todo porque a Rocío la conocemos hace mucho tiempo: fue mi novia por tres años, grabó el primer disco con nosotros, fui yo personalmente quien le presentó a Migue, entonces hay historias personales ahí. Fuimos muy amigos con él y esa amistad se cortó hace años por cosas que no cerraban mucho, pero bajo ningún punto de vista imaginaba que podían llegar a tener que ver con esta especie de perversidad. Es algo muy duro”, explica.

Según el cantante, “hay que separar el debate de la enfermedad. Me parece que Migue está enfermo, evidente y lamentablemente, no solo por él sino sobre todo por las pibas. Como banda tampoco estamos de acuerdo con los linchamientos públicos, creemos en la justicia, aunque al mismo tiempo sabemos que funciona de una forma deplorable, corrompida y misógina. Por eso es muy difícil decir que actúe la justicia, pero nuestra responsabilidad es pensar que la justicia tiene que ser lo que debe ser. Todo parece indicar que Migue es culpable, pero yo no puedo decirlo. Si bien hay dos testimonios, tiene que haber un juicio para demostrarlo. Ojalá funcione como debería. Si no es así y todos nos damos cuenta, habrá que juntarse, habrá que marchar pacíficamente, levantar carteles como se hizo históricamente. No estoy porque se publique la dirección de Migue y la gente le prenda fuego a su casa o lo cague a piñas, porque nada se va a arreglar de esa forma”.

-¿Por qué no hicieron una declaración?

Porque hubo un montón de cosas muy oportunistas. Leí incluso a Cristián Aldana (El Otro Yo) declarándose espantado por todo esto, cuando tiene cuasi denuncias desde hace 20 años. Uno tiene que hablar cuando sabe que puede hablar y si hay alguna pequeña responsabilidad que conservamos en toda nuestra locura, es la de saber cuándo hace falta que hablemos y cuándo no. Nos comunicamos con las chicas y la decisión que tomamos es, por ejemplo, hablar con vos y contarte esto. En Facebook había demasiada información y está bien, pero también había un montón de basura. Me parece que la urgencia es que este tema no se apague y para eso tengo que decirte lo que te estoy diciendo, vos tenés que preguntarlo, la justicia tiene que actuar, las chicas tienen que ser fuertes y mantener ese espíritu de publicar cosas muy desgarradoras, sostenerlas acompañadas por nosotros. Facebook es un poco traidor como medio. Es fácil declararse contra Migue, decir que vaya preso, que lo maten, que lo violen en la cárcel y todas esas cosas. Entiendo de dónde viene ese odio, pero al odio y la enfermedad no se le gana con odio. Si hay algo que debemos aprender mirando un poquito la historia, es eso.

Yo reconozco en Miguel a una persona enferma, que merece un tratamiento. Sé que esto es polémico y lo digo a título personal, porque en la banda no están de acuerdo, pero creo que el Estado debe encargarse de él, no solo la justicia sino también los institutos de salud. Estoy de acuerdo con que se lo recluya si es culpable, porque puede seguir haciendo daño, pero tampoco estoy de acuerdo con que vuelva la guillotina.

-¿Qué crees que pasará con esto?

Lo que yo temo es que se diluya, que entre en esos caminos legales y que el arma cargada siga dando vueltas. Eso me asusta. Conozco a Migue, sé que posiblemente niegue todo, porque conozco su viejo mecanismo. Al mismo tiempo, están levantando banderas contra el rock, como si el rock fuera culpable de la cosa. El tema tiene aristas infinitas y un solo motor, que es el hecho, así que prefiero pronunciarme sobre el hecho. Si hay una o varias violaciones, no hay mucho que discutir. Eso está mal y nadie puede decir que está bien. En Facebook hay gente diciendo que las pibas se la buscaron. Wallas, el tipo de Massacre, al que admirábamos mucho, salió a decir una barbaridad. Después se arrepintió, pero si sos una figura pública, tenés una responsabilidad tremenda con esas cosas. Es muy complicado y estamos muy apenados. Ojalá que no lo maten a Miguel, que pague sus culpas según nuestro código penal, que si no nos gusta tendríamos que empujar para cambiarlo.

Hay que empujar la cosa hacia el lado del bien y la verdad. Nuestra responsabilidad es pensar seriamente lo que vamos a decir y empujar junto a nuestras compañeras hacia el lugar en que ellas creen que es el más justo. Tenemos que confiar en ellas, porque son las actrices fundamentales de esto. Hay que acompañarlas y cambiar las cosas con ellas. Qué sé yo, es terrible. Tenemos que estar más alerta, cuidar a las personas que tenemos cerca.