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Ghost: bienvenidos a la misa negra

Ghost: bienvenidos a la misa negra

Enigmáticos es un calificativo que le queda como guante a la agrupación sueca que visitó por tercera vez nuestro país, pero esta vez en un contexto bastante más complejo que un Caupolicán lleno de fanáticos. El Acer-Windows stage recibió toda la fuerza de Ghost en un ritual lleno de signos en contra de la iglesia, entre ellos su propio vocalista.

El Papa Negro, denominado Papa Emeritus III -tercero porque con cada publicación “cambian” ficticiamente a su integrante con la intención de contar una nueva historia- pisó puntual el escenario acompañado por sus Nameless Ghouls, músicos de desconocida identidad que se identifican por el elemento que llevan bordado: fuego, agua, aire, tierra y éter, quienes junto al excéntrico vocalista le dieron la oportunidad al Lollapalooza de disfrutar del rock más pesado, con mosh incluido.

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¿Hace cuánto no veíamos un círculo de energía en el público de este festival? La banda se tomó la atribución de liderar la parte más oscura de la jornada, donde las cruces invertidas, las imágenes de satanás y los cánticos de gloria a Lucifer seguramente asustaron a más de algún padre UDI que acompañaba a su quinceañero hijo. Ese fue el encanto de la agrupación. Sus instrumentos inundados de doom metal se congregaron entorno a una masa muy heterogénea, sacando ese prejuicio de polera negra y chasca incontrolable.

Niños que disfrutan de la electrónica, mujeres de todas las edades, y fanáticos que, amigablemente, le dieron la posibilidad a todos los asistentes de ser parte de la misa negra que la banda lidera entre diálogos sobre el orgasmo femenino y el encanto de nuestro país. Ghost dejó mosh, metal y un escenario cargado de oscurantismo. Perfecto para los encargados de cerrar el escenario, Die Antwoord.

*Fotos por Nicole Ibarra. Revisa las postales de todo el día en nuestro álbum.