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La Favi: “El spanglish es mi identidad, ser ni de aquí ni de allá”

La Favi: “El spanglish es mi identidad, ser ni de aquí ni de allá”

Una nieta de migrantes que absorbió todo lo que le interesó sin hacer distinciones territoriales. Conversamos con La Favi al tiempo que debuta con su primer largaduración, entre reguetón, rap y flamenco.


Santiago, México, Madrid, Barcelona y Los Ángeles, California. Las ciudades que más escuchan a La Favi en Spotify son una buena forma de entender la mixtura que tiene la cantante urbana. Nacida en San Francisco con ascendencia española, la artista estrena hoy su primer disco en solo titulado No Es Igual. Eso sí, antes de hoy hubo mucho para llegar hasta acá.

Su debut, el corto Reír & Llorar del 2017, ya nos daba claras muestras de todo lo que puede ser Natalia García. El flamenco, el reguetón, el inglés y el español; el crecimiento como California girl y su hogar migrante. Vivir el emo y el perreo. Es en este EP en el que La Favi traza una línea que mantiene firme: la colaboración, la unión hispana mediante espacios creativos musicales, la incansable búsqueda de ser. Con la producción del peruano Deltatron y con featurings de Ms Nina y Ms Nina, La Favi rápidamente ganó un espacio de atención entre quienes siguen el movimiento del neoperreo.

“Crecí en Estados Unidos, nieta de migrantes españoles. Mi familia migró a través de Venezuela y Cuba pero yo crecí en California. Dentro de lo hispano creo que hay muchas culturas. Compartimos el idioma, claro, pero hay algo más. El idioma es algo impuesto sobre muchas personas y al final es nuestra identidad, nuestra forma de ver el mundo. Para mí mi idioma fue mi identidad y es algo que he hecho propio. La forma de expresarme en el spanglish es mi identidad, ser ni de aquí ni de allá”, nos cuenta en entrevista.

Ahora, y firmada por Dim Mak En Fuego -la rama latina del sello a cargo de Steve Aoki-, La Favi tiene sus propias percepciones de lo que es una nación, un territorio.

“El dicho ni de aquí ni de allá siempre lo he sentido propio. Me sentía identificada con eso. Yo La Favi, yo Natalia, crecí en San Francisco, soy muy californiana, tengo ese flow pero he pensado que no pertenezco a ningún sitio. También he pensado que pertenezco a muchas partes. He logrado encontrar gente con la que me entiendo y eso se siente como pertenencia, como territorio. No sé si tiene mucho sentido pero creo que pasa mucho en esta generación, ¿es por internet? Siento que nos hemos acercado un poco más entre todos. Yo crecí con esta identidad conocida como hispanoamericana, que de todas formas es una manera un poco tóxica de llamarse si es que lo vemos desde lo que entendemos por naciones, por proyectos nacionales, por nacionalismo. No sé si tengo esos orgullos pero sí lo tengo por lo que atravesó mi familia, de dónde venimos. Nuestro territorio es nuestra gente, ese es mi orgullo”.

Y entendiendo a su gente como algo más amplio que la familia biológica, si no también aquellas elecciones amistosas y creativas, es que La Favi siempre ha destacado por sus alianzas musicales. Sumado a su epé debut, durante el 2018 sacó un corto en conjunto a So Icey Trap titulado Better Off Alone, y en 2020 sacó su primer disco, Is It Real, junto al productor chileno radicado en Suecia, Dinamarca.

“Me siento súper afortunada de trabajar con gente talentosa de Chile y el mundo. No he tenido la oportunidad de visitar pero sí, internet es un motivo fuerte para que estas colabs pasen. Como dicen: el mundo se vuelve pequeño gracias a internet. Chilenos he visto en todos lados, hay una diáspora chilena muy worldwide que se hace conocer y respetar por todo el talento y rebeldía que tiene”, dice cuando le consultamos por estos intercambios musicales con Dinamarca o Tomasa del Real.

Otra de sus buenas amigas es Ms Nina. A canciones como ‘Acelera’, ‘Pastillas’ y la popular ‘No Eres Bueno’, hace poco se le sumó ‘Bebiendo’, uno de los sencillos previos al estreno de No Es Igual. El melódico himno reguetón nos mostró nuevas facetas sonoras de la artista, que se inspiró en su trabajo en un bar para este track. Una electrocumbia producida por Ulises ‘El Licenciado’, que sumó una nueva capa a la amplia gama de estilos en las que navega sin resquemores, y con quien también trabajó en el disco Abeja Reina de Chiquis, que le valió a La Favi un Latin Grammy por su composición.

¿Qué tan posible es conocer a la gente mediante la fiesta, teniendo la experiencia de una persona que trabajó en ellas?

Creo que puedes conocer lo mejor y lo peor de la gente. Creo que uno se puede perder en la fiesta pero también se puede encontrar. He conocido gente que me ha cambiado la vida. La fiesta es importante para el ser humano, es necesaria. En su sano límite la necesitamos. Sirve para soltar la pena, el estrés, para conocer muy bien a alguien, aunque también hay que conocerlos fuera de ella para conocerlos bien.


Y como ya decíamos, una de las buenas amigas que ha conocido La Favi es Ms Nina. “Una hermana, una amiga del alma”, como dice la cantante. Se conocieron en España mediante otra amiga, intercambiaron redes y se encontraron en la música. “Teníamos un grupo que se llamaba Criolla Bonita. Hicimos una canción, la primera que hice. Era más como una broma ¿no? No la tomamos tan en serio, era más para pasarlo bien. Cuando la conocí me deslumbré, hacía arte. La invité a grabar y desde ahí hemos tenido la oportunidad de hacer canciones juntas y estoy súper orgullosa de ella. Es una estrella y estoy muy feliz del sencillo que sacamos, que forme parte de mi disco”, agrega.

No es de extrañar que al googlear a Natalia la pregunta sobre ser mujer en la música, en el urbano, esté tan presente. Al final del día sus canciones han creado nuevas realidades, formas de comunicación que en antaño parecían difíciles. Sin ánimos de caer en el lugar común del ¿qué se siente ser mujer en la música?, la duda con La Favi asalta desde otra vereda: en estos siete años activos que lleva en el ruedo, ¿existen cambios luego de tanta pregunta?

“Siempre fui la única mujer, la única. Empecé niña en la música y no era fácil. No sólo en la música, en cualquier espacio. Tuve que aprender a la mala, como todas. No creo que haya cambiado mucho en lo social. La cuestión de género no se limita a la música y creo que todas tenemos experiencias que nos marcan como mujeres, donde nos damos cuenta de nuestra posición en la sociedad. Tal vez haya más interés, más equilibrio. Hay más mujeres y eso está bien, pero siempre ha habido, siempre hemos estado. Hay que respetar a las que vinieron antes y creo que ese es un gran avance: entender a las que estuvieron y aportar con ese respeto para las que vienen”.

¿Cómo hacerle frente al dimensionar el pequeño espacio que ocupa nuestra existencia en el mundo? El track ‘Con Mis Gatas’ suena a respuesta. “Rodearse de gente que nos quiera y nos aprecie de verdad. La gente hace que sea más llevadero. Reunir, reunirse, rodearse de aquellos y aquellas que te entienden. No tener miedo de caminar sola si es que hay que dar esos pasos”, dice mientras reflexiona sobre toda la ruta que ha transitado. “En el 2017 estaba muy deprimida, en una profunda depresión. Si me topo a La Favi de ese año le aconsejaría eso, que no pare, que siga, que no está tan sola como siente”.

Dice que no rendirse fue clave y es la gran lección que ha dado a ella misma. “Puedo seguir adelante incluso en los momentos difíciles. La música me levantó. Es algo que llevo dentro tan profundo que no puedo parar. Soy adicta. Aunque quiera parar de hacerla no puedo, tengo un problema, ja, ja, ja”. La antesala de su nuevo largo, el primero totalmente en solitario, con todas las formalidades que eso implica.

Antes de estar conversando con POTQ Magazine, en la previa de su álbum, La Favi estuvo en su habitación, haciendo músicas que no sabía si iban a llegar a algún lugar o persona. “En este tiempo he recibido apoyo de gente que ni conozco en persona. Gente que viene a shows y se me acercan para decir que mi música significa algo para ellos y ellas. Estoy aquí, en el mundo y en la música, por esas personas que creyeron en mí cuando yo no lo hice, que creyeron en lo que tenía para cantar y decir”.

Se le define a muchas de sus canciones como emo reguetón. “Soy emo, desde hace mucho tiempo lo soy, la gente que me conoce lo sabe. ¿Qué es ser emo? No sé, sentirse rechazado, no estar conforme y expresarlo con tu estilo, tu música. Estar inconforme, deprimido porque estás en una situación que no te agrada. Quise expresar eso con la música y se cruzó con el reguetón. Crecí dentro de una comunidad muy centroamericana, empecé a grabar con amigos salvadoreños, panameños. Eso se juntó con mi estilo, la influencia del rap, del flamenco”.

Ella dice que siempre fue emo, que es intensa en emociones desde joven. Por acá creemos que más bien se trata de una artista que tomó el tiempo y espacio suficiente para entenderse y acompañarse, que terminó por entender y acompañar a otres, que a su vez la entienden y acompañan. Una nieta de migrantes que absorbió todo lo que le interesó sin hacer distinciones territoriales, una cantante logró transformar la emocionalidad en una depuración de experiencias que puedes dedicar.