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La Flor del Recuerdo: “El bolero se niega a pasar de moda. Como los jeans” 

La Flor del Recuerdo: “El bolero se niega a pasar de moda. Como los jeans” 

El grupo chileno convoca para este domingo 19 al concierto Las Nuevas Voces del Bolero, junto a Catalina y las Bordonas de Oro, Milena Antonia y Los del Ayer, desde las 18 horas en el Teatro Nescafé de las Artes.


Va a ser un panorama de distintas voces que han venido a sumarse en el último decenio a una historia del bolero cantado y tocado en Chile. Anfitriones son los mayores de la reunión, el cuarteto La Flor del Recuerdo, que convoca al encuentro este domingo 19 de noviembre desde las 18.00 horas en el Teatro Nescafé de las Artes.

Invitadas e invitados a la sesión serán el grupo Catalina y las Bordonas de Oro que lidera la cantante Cata Plaza, la solista Milena Antonia y el trío Los del Ayer. De fondo actuará La Flor del Recuerdo, grupo formado en 2012 e integrado hoy por los fundadores Cristóbal González (primera voz y requinto además de clarinete), Esteban Pérez (segunda voz y contrabajo), Ricardo Aguilera (tercera voz y guitarra además de trompeta y corno francés) y Cristian Gutiérrez (percusión además de acordeón y violonchelo). 

–Se nos ocurrió para esta oportunidad invitar a más bandas que están haciendo bolero –dice Ricardo Aguilera–. Son verdaderos hallazgos que hemos ido descubriendo y nos tincó la idea de mostrarlos en grande y hacerlo en conjunto, para dar un panorama mucho más general y completo de cómo se hace bolero hoy en Chile.

–Cada agrupación muestra una esencia de lo que está trabajando –adelanta Cristóbal González–. Hay una gran gama de artistas, de voces, de excelentes músicos jóvenes que están abordando el bolero de un modo respetuoso y con muy buen nivel. Nosotros, que ya llevamos once años en este ruedo bolerístico, quisimos compartir escenario con todas estas voces en una especie de cumbre del bolero.

Un paseo por el ente bolero

Los propios anfitriones pasan una revista a los estilos presentes en la jornada. “Milena Antonia tiene una voz tremendamente expresiva”, destaca Cristian Gutiérrez, “que recuerda las voces de antaño. Siendo tan joven es como si fuera un personaje reencarnado de la época, tiene un timbre y un tono que se oía en ese tiempo. Tiene tremenda voz, se pasó”. 

Milena Antonia

–Si tuviéramos que definir un estilo musical de voz femenina de antaño, creo que ella va muy de la mano con la Eydie Gormé –compara Cristóbal González–. Y al igual que Eydie Gormé, la Milena tiene un bagaje bastante amplio en el jazz. Cuando canta jazz es escuchar por ejemplo a Ella Fitzgerald, a Billie Holiday, ese tipo de fraseo y de sutileza, de viaje auditivo y sensitivo

–Catalina y las Bordonas de Oro tienen una connotación más cubana –distingue Esteban Pérez–. La Cata Plaza y la Milena son voces muy jóvenes, de no más de veinticinco años, y tienen estilos muy diferentes y mucho que aportar. Hacen también otros tipos de música, cantan cueca, tonada, música peruana, y hay un frescor en su forma de interpretar con todas estas influencias. Cata y las Bordonas de Oro también cuentan con Martín Silva, eximio de la guitarra que colabora con muchas bandas y que hace los arreglos musicales.

Catalina y las Bordonas de Oro (instagram.com)

–Los del Ayer tienen la particularidad de contar con la voz del gran Mario Zapata –continúa el contrabajista–, que se hizo famoso ahora último haciendo el doble de Mercedes Sosa pero que ha dedicado casi toda su trayectoria a cantar bolero. Es tremenda oportunidad para escucharlo porque es una voz preciosa.

–Cultivan un tipo de bolero en el modo clásico –comenta Cristian Gutiérrez sobre el mismo grupo–. Son muy respetuosos del formato original de los tríos de entonces. Y en el grupo de Catalina Plaza lo que veo es una fusión súper atractiva del bolero con la música de raigambre popular y folclórica latinoamericana. Es un paseo del ente bolero por distintas formas de expresarlo. Por eso invito al público a ir, porque es una manera bastante caleidoscópica en lo musical de ver el género.

Los del ayer (instagram.com)

Por así decirlo a la chilena

La Flor del Recuerdo fue un quinteto hasta que Pablo Moraga, primera voz y también fundador del grupo, se alejó en 2019. En el mismo año actuaron en el Festival Mundial del Bolero celebrado en México e iniciaron su discografía, que incluye las grabaciones Para que no me olvides (2019) y Caminemos (2022). 

La principal influencia reconocida por el grupo es la de Los Tres Caballeros, grupo mexicano iniciado en los años cincuenta que integró el compositor Roberto Cantoral. Y una singularidad del elenco es la formación académica de sus integrantes, tres de los cuales –Cristóbal González, Ricardo Aguilera, Cristian Gutiérrez– tocan en la Orquesta Sinfónica de Chile.

–Lo que ofrecemos como sello que hemos dado al bolero –define González–, desde lo que podemos proponer, es un formato de bolero de cámara. Esto viene de que somos músicos clásicos, llevando al bolero estas sonoridades de cello, acordeón, corno, clarinete.

–El aporte nuestro en ese sentido es a través de sumar colores –dice Ricardo Aguilera–. Encontramos muy interesante por ejemplo el aporte del cello de Cristian (Gutiérrez), o probar con el corno o el clarinete. 

–Estamos instalando y compartiendo una versión chilena del bolero –plantea Cristian Gutiérrez–. Cuando estuvimos en México para nosotros fue sorpresivo: fuimos prácticamente a la Meca del bolero pensando en qué ofrecerles, pero nos dimos cuenta de que lo que estábamos haciendo era tan atractivo como el que más. De hecho ellos nos lo dijeron: “El estilo de ustedes está dentro de los cánones que entendemos, pero es un bolero, por así decirlo, a la chilena”. Siempre en las versiones de la música, así uno toque una partitura histórica, va a haber una manera de abordarla según lo que uno siente.

Es volver al barrio en el fondo

Pese a las diferencias entre música popular y académica, en las aulas de conservatorios tocar boleros no es considerado necesariamente un pecado, cuentan en La Flor del Recuerdo.

–No es que sea proscrito. Es decir: no voy a ir a dar un examen de cello con un bolero, claro que no –dice Cristian Gutiérrez–. Pero el lenguaje clásico nos ayuda. Como músicos clásicos entre comillas, profesionales, formados en conservatorio, lo que hemos hecho es regresar a nuestra identidad musical latinoamericana. Entonces en la academia, por así decirlo, cómo vas a estar tocando un bolero de Los Tres Caballeros en vez de una sinfonía de Mozart. Pero eso es porque en los conservatorios hemos recibido la tradición occidental. No significa que la música de nuestros orígenes no haya estado siempre subyacente, latente. Volver a eso es volver al barrio en el fondo, al pueblo raso del cual todos venimos. Y es también una hermandad con México que se tiene pero desde años. Cuando llegamos allá la sensación fue súper curiosa, porque fue como conocer a unos hermanos antiguos. Al menos ésa fue mi experiencia: “Chuta, parece que antes éramos así”, porque como chilenos hemos cambiado mucho.

La Flor del Recuerdo (instagram.com)

–Me ha sorprendido bastante la recepción del trabajo que hacemos por parte de muchos colegas del ámbito clásico, que son fans de La Flor del Recuerdo, y eso nunca lo vi venir – agrega Cristóbal González–. Creo que incluso logra trascender esa barrera. No obviamente los más conservadores, pero un gran número de músicos doctos ven lo que hacemos como un abordaje desde un punto de vista transversal. “Es música”, nos dicen. Son músicos haciendo música. Hay fraseo, hay matices, toda una estructura de discurso musical, hay cosas que obviamente recogemos como herramientas del aula, como dices tú, que ponemos a disposición de nuestra agrupación. Por eso terminamos llamándolo bolero de cámara, acudiendo al concepto de música de cámara.

–Quisiera relatar una anécdota con los profesores que tuve en la Universidad Católica, Edgar Fischer (violonchelista) y María Iris Radrigán (pianista) –menciona Gutiérrez–. Bueno: ellos vienen de una formación totalmente clásica de Europa, y un buen día les llevé un disco de la Flor. Esto contestando un poco si es “pecado” o no. Quedaron impresionadísimos. Pero es que fue sorprendente la relación. Cuando la música está hecha con las herramientas que acaba de decir Cristóbal, con ese lenguaje que conocemos, hay unas fronteras que se diluyen. Hay un prejuicio sí de que lo popular solamente tiene que ver con la playa y la fogata, pero es verdad que bebe de ahí la música popular y enhorabuena: tiene que salir de ahí, si es del pueblo. Ellos (Fischer y Radrigán) tienen una carrera muy destacada en lo clásico y son muy delicados en los matices, la interpretación, el ensamble, la afinación, y eso es exactamente lo que tenemos nosotros. Cuando se los mostré, María Iris Radrigán, que fue profesora de música de cámara, me dijo “Oye, pero si están haciendo música de cámara”. Bueno, eso es.

La Flor del Recuerdo (instagram.com)

Como nos pasó en tertulias familiares

Con algunas composiciones originales de Cristóbal González ya presentes en el repertorio del grupo, La Flor del Recuerdo tiene planes de profundizar en esa línea.

–Hay dos cosas que a mediano plazo ojalá se concreten –dice Ricardo Aguilera–. Una es indagar en el bolero chileno, donde creo que hay un gran árbol de compositores muy interesantes. Y también seguir indagando en la incorporación de nuevas sonoridades a esto del bolero de cámara. Ir desafiándonos a abordar repertorio, buscando y hurgueteando en armonías más complejas, Por ahí sigue el trabajo, en la creación, en el homenaje al bolero chileno y en la búsqueda de nuevos colores.

–El público en general es muy transversal de un tiempo a esta parte –agrega Esteban Pérez–. Desde un principio nos siguió gente que quería llevar a sus papás, por ejemplo, y se fue encantando con el género sin saber que les iba a gustar. Hoy con esta corriente que se ha formado, con este mismo concierto, queremos sellar que ya existe un circuito de boleristas de edades muy diversas. La Cata (Plaza) y la Milena (Antonia) son gente joven y obviamente sus seguidores son toda gente de su edad. También hay niños que nos han visto, en reuniones con sus papás, como asimismo nos pasó a nosotros en tertulias familiares cuando escuchábamos esta música. Finalmente es un género que se niega a pasar de moda. Como los jeans.

–Es algo que trasciende porque no es disfrutar de una banda, sino que el género se ha instalado de tal manera que se basa más en una experiencia para compartir con tus seres más queridos, estén o no estén –dice Cristóbal González–. Son experiencia de vida, es tu historia que esta música saca a colación, son ciertas vivencias, amores, desamores, personas que amaste, que odiaste; es emoción pura. Sea el grupo que sea que esté tocando, el público va a cantar, a recordar, a vivir una experiencia en base al recuerdo, que es el propio recuerdo. Siempre digo que, más que ir a vernos a nosotros, ellos empiezan a ver su historia con cada una de las canciones: “Ésta es la canción que me acuerdo que cantó mi papá a mi mamá cuando se conocieron”, “me acuerdo de la once los domingos en la casa de mi abuelita”. Es un imaginario que debemos al bolero. 

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Las Nuevas Voces del Bolero

Domingo 19 de noviembre, 18.00 horas. Teatro Nescafé de las Artes, Manuel Montt 032, Metro Manuel Montt, Providencia, Santiago. $28.000 a $12.000, boletos en el sistema Ticketek y sin cargo en la boletería. Descuentos del 20% para la Comunidad de las Artes del teatro.