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Andrés Nusser: Reconocerse y reflorecer

Andrés Nusser: Reconocerse y reflorecer

El músico chileno se subió a escena con una banda que fue creciendo tal como su setlist. Al contrario de lo que conocemos con su anterior proyecto, este formato permite nuevos pétalos en esta historia musical. Un show perfecto para abrir la jornada: experiencia y nervios escénicos, además de ese gustito a más, ideal para seguir el día.


Uno de los desafíos abstractos más complejos que puede existir en esto llamado vida, seguro es el de ser uno mismo sin caer en la repetición, manteniendo la capacidad de crecimiento, asombro, y reinvención mediante la prueba y el error. Fue más que gustoso partir una nueva edición de Fauna Primavera con una voz tan reconocible, gústele a quién le guste, icónica dentro de la pequeña-escena que significa nuestra pequeña-industria.

Andrés Nusser está de regreso en el en vivo, probando hace unos buenos meses formatos e ideas. Es imposible decir que está de regreso en la música cuando se ha mantenido activo desde la vereda de la producción o la mezcla –y de celebrada manera, siendo parte de equipos tan aplaudidos como el que tuvo Miss Colombia de Lido Pimienta–, pero ahora vuelve al imaginario de la tarima, lookeado y con aura de explorador que ya viene de vuelta, que sabe qué prendas se ajustan a la aventura para hacerle frente a los climas más adversos, que entiende la simbiosis de una banda donde él, por muy front que esté, es sólo uno más.

El ex Astro estuvo acompañado por Pablo Chaparro e Iván Rocco en la mayoría del viaje, que aún con sol y horario laboral en contra, fue un grato espectáculo de bienvenida. No un grato tibio primaveral, un grato ardiente, de expectativas. Se siente como un refugio conocido y al que se le tiene estima auditiva, pues es inevitable recordar ciervos, triángulos, conejos, colores de la década de los dosmiles diez cuando se le escucha. Sin embargo, Andrés Nusser está completamente alejado de la repetición.

Lejos de la fórmula que lo popularizó como cantante, el músico es un engranaje más de una complicidad en formato trío que se va expandiendo, tal como su set, junto a Victoria Cordero en el bajo, hasta el acompañamiento de Millaray Gibert en trompeta e Isadora Lobos en trombón. Y si la voz podría acercarnos a ratos a Astro, evidentemente, es la propuesta sonora la que imposibilita que ese pensamiento se quede con todo. Es rimbombante y épico, como todo buen festival necesita, pero también es nervios y timidez, como se sienten las primeras veces.

Sin duda queremos oír más. Su setlist exige más. No nos quejamos del cover de ‘Cayendo’ que le hizo a Frank Ocean, pero no podemos esperar a que el listado de canciones sea de autoría, porque lo que Andrés Nusser trae entre manos no es más que la externalización en formato cantante de toda la experiencia y trabajo que ha tenido con la música durante estos años. Pareciera que en esta primavera, volvimos a ver florecer a una de las mentes juguetonas del pop local, que ahora trae un espectro mucho más robusto y oscuro para ofrecer.