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Babasónicos: El caos y delirio de los veinticinco años

Babasónicos: El caos y delirio de los veinticinco años

Este ha sido un verano especial para Babasónicos: la agrupación argentina está en plena celebración de sus veinticinco años y volverán a nuestro país en otra etapa, un poco más expertos y un poco más despreocupados. Pero no es experticia musical ni poca preocupación por su puesta en escena, sino otro estado, otra vereda en la que el quinteto está sentado viendo cómo todo lo que han cosechado por fin tiene frutos, y unos bastante deliciosos.

Durante estos meses, al igual que los responsables del popular hit ‘Irresponsables’, también estoy celebrando mis 25 años, y a modo de fiesta terminé viéndolos en una presentación en su país donde dejaron en claro por qué los niños de diez años se saben sus canciones tanto como los adultos de cuarenta. Babasónicos son Argentina, y están en el inconsciente de los vecinos desde que Pasto vio la luz, y para nuestra suerte llegarán a Lollapalooza con todo el ánimo de hacer un repaso por este “caprichoso recorrido” que ha sido su carrera.

Es curioso que estemos tan cerca y seamos tan distintos, y sólo basta hacer el ejercicio de escuchar un par de canciones de los once discos que ya tienen editados, para entender un poco de qué va esta idiosincrasia donde las drogas, el entender a una mujer como musa más que como objeto, la corrupción y las malas decisiones políticas están más presentes de lo que se puede apreciar cuando se lee un diario trasandino.

“Entre la broma descarada de principio de los noventa, respirando los vapores inconformes de un cono urbano mental, nació una conspiración. Un combo de provocadores pactaron zarpar a los mares de la música para inyectar en sus aguas caos y delirio”, declara Adrián, líder y vocalista de Babasónicos, antes de los primeros acordes de ‘Los Calientes’, la responsable de darle inicio a la fiesta gratuita que se vivió en la Plaza Independencia de Mendoza, el escenario escogido por los artistas para soplar una de las tantas velas que este año tendrán enfrente.

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‘Y qué?’ hace explotar los coros de los presentes. Abruptamente, llega el turno de ‘D-Generación’; elegantemente le dan el paso a ‘Desfachatados’, y ‘Microdancing’ enciende la jornada cumpleañera. La primera perteneciente al Infame del 2003, la segunda a su debut de 1992, la siguiente extraída de Miami del ’99, y la última de un reciente álbum lanzado en el 2008 bajo el nombre de Mucho. Casi dos década de diferencia que el público no percibe: la tonada está fresca, los movimientos de Adrián ya están en la retina de los espectadores, y la evolución entre canción y canción sólo deja en claro que Babasónicos no ha parado de buscar en ningún momento nuevos espacios musicales para colarse en ellos sin pudor.

Con 20 mil personas turnándose para cantar los fragmentos que más recuerdan, el setlist bailó entre las contestatarias canciones del comienzo con las románticas composiciones que alcanzaron su clímax, cuando el Romantisísimico fue lanzado durante el 2013. Y allí estaba Dárgelos, Uma y Uma-T, junto a Panza y Roger demostrando por qué uno no se puede aburrir viendo a esta banda que tiene para todos los gustos, para todos los estilos y estados anímicos. La pena se puede bailar y la felicidad tiene sollozos audibles, algo que Babasónicos ha entendido de manera cercana: la droga sí se transforma en llanto, la muerte sí conlleva nacimiento creativo, y los años no son más que una mochila llena de experiencias con herramientas a destajo para elegir.

“Si midiera la distancia, estoy seguro que la acortaría”, se escucha cuando suena ‘Muñeco de Haití’, y es lo que precisamente me hicieron sentir. Como extranjera y un poco ajena a lo que pasó esa noche de febrero en la cercana ciudad argentina, no tuve mejor forma de entender a la gente que me rodeaba que escuchando a los Babasónicos, los ilustradores de los periodos de felicidad y penuria que han vivido nuestros vecinos, tanto o más peores que nuestros últimos veinte años como país.

Si algún lector de este texto va a tener la posibilidad de pasearse por el Parque O’Higgins en unos días más, le recomendaría no perderse por nada a este grupo, los hayan visto anteriormente o no. Siempre es un buen ejercicio, es una actualización de lo que está pasando en el territorio del lado sin tener que prender la tele. Sólo hay que poner un poco de oreja y escuchar lo que las letras tienen para decir. Ahí está la sociedad misma con un montón de agregados agradables: la sexualidad superada, el cuerpo como templo, los excesos como escape y aprendizaje, la farándula como un chiste que no alcanza a ser tan ridículo como los gobernadores, y amor, un montón de amor latino coreable.

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Un pequeño encore fue suficiente para que los argentinos gritaran demostrando el amor por esta banda que ha sido parte de los recuerdos escolares, universitarios y parentales de tantos presentes (y tantos miles más que siguieron la aventura por streaming). “Sólo un paranoico podría invitarte a una perfomance de payasos del arte, comerciando cantidades de acciones de materia gris” se escucha fuerte en ‘Flora y Fauno’ que comienza a despedir la ‘Fiesta Popular’ que se arma con la canción del mismo nombre.

“No seas infeliz, déjate arrastrar por el carnaval. Déjate influenciar por el caos”, concluye Rodríguez dejando la invitación abierta: “chicas ricas, no le tengan miedo, esto es sólo una fiesta popular. Chicos ricos, no se desesperen, esto no termina, es una fiesta popular”.

Extiendo la invitación a la fiesta de cumpleaños de los Babasónicos, caótica y popular, que el próximo domingo 20 de marzo llegará con el mejor de los regalos: un pedacito de su historia personal y nacional que han retratado mediante joyas ocultas, en el profundo mar que significa tener 25 años y once discos en tu bolsillo.

https://youtu.be/tsHO4VVqa6w

Fotos * Telecom