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Parcels: ir por cobre y encontrar oro

Parcels: ir por cobre y encontrar oro

Sí, estamos a 2019 y la palabra “hipster” quedó en los diccionarios llenos de polvo de esa gente que cree que la RAE es lo más valido del mundo, pero permítanme ocupar la palabra de nuevo. Parcels es una banda hipster, con todo lo bueno que significa eso, y sin contar todo lo despectivo que tenía en sus últimos momentos de vida del término.

Comencemos por lo obvio, las pintas de la banda. Es como si cada uno de los miembros representara una época distinta en la historia de la música. Desde el cosplay a George Harrison del guitarrista Jules Crommelin -en serio, busquen fotos si no lo conocen-, pasando por la chaqueta de jeans y melena ochentera del bajista Noah Hill, hasta llegar el look de trapero del batero Antole Serret. Pero a pesar de esta combinación estética, la música que sale por los parlantes del escenario Acer cuando aparecen en escena es una cruza entre pop, disco y soul.

Si a primera escucha el sonido de Parcels te parece genérico, probablemente no estás tan equivocado. Es una banda aparentemente superficial, pero que crece en ti, en especial en vivo. El show que trajeron debe ser uno de los que más hacen con menos recursos dentro de Lollapalooza.


Efectivo es decir poco, no contentos con hacer bailar al público (una cosa que no todas las bandas “bailables” que se han presentado en Lollapalooza pueden decir) que estaba bajo el fuerte sol post-lluvia, también hicieron su propia coreografía en el escenario con dos de sus miembros mientras los otros seguían manteniendo la canción a flote. Demás está decir que todos en el público seguimos al pie de la letra el baile que propuso Parcels.

Todo esto hace que fuera una de las revelaciones de este Lolla. En especial si se piensa que esta banda con un show tan bueno tiene tan solo dos EP y un disco. ¿Cuál es el secreto? Probablemente que son muy reales -algo que no se nota en Youtube- y muy genuinos en su entrega al público. Agradecían, bromeaban y el tecladista/guitarrista/vocalista Patrick Hetherington se mandó pasos de baile que están en la misma gama que los bailes de Briceño, pero mucho mejores.

No mucho más se puede decir de Parcels, porque realmente tienen un show al que aún no le encuentro fallas más que puede no gustarte su música. Quizás dejar en claro que hasta su despedida fue entretenida: uno a uno fueron abandonando sus puestos hasta dejar solo el teclado de Hetherington. Asegurar que peinaron para atrás al público es poco. Es como ir al almuerzo y solo almorzar postres. Mientras tienes bajón.

*Fotos: Francisco Medina