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Jiminelson – Serendipity Vol. 1 (Italia 90)

Jiminelson – Serendipity Vol. 1 (Italia 90)


Muchos vieron a Jiminelson durante años como una aventura grupal. Un esfuerzo colectivo entre ambas partes del dúo que hace no mucho firmó aquel notable disco que fue “Amor del Rey” (2008). Pero ese concepto se esfumó hace ya algunos meses, con la partida de Andrés “Chino” Villarroel y las posteriores declaraciones de Gustavo León. Hoy, el concepto imperante es el de pandilla: un conjunto de colaboradores que pueden ir y venir, sin que afecte el resultado final de las cosas. El dueño de este circo es uno solo, así ha sido siempre (en sus palabras). Y -de esto sí no cabe duda- así será de aquí en adelante.

Ahora, un nuevo capítulo. El tercero de esta historia, y va de la mano con las circunstancias. Se grabó entre Chile y Argentina, en un período de unos quince meses, e implicó la participación de varios nombres (destacando el de Simón Cox, quien ya había producido el album anterior a éste). Pero ninguno de ellos es un real integrante. Todos son partícipes de un momento, de uno o más temas, pero sólo eso. Las decisiones y firmas, todo aquello es propiedad de un solo hombre.

Lo mismo ocurre con las autorías, salvo por el tema que cierra esta obra que, más que un disco, pareciera ser la mitad de un proyecto más grande. Siete tracks compactos, no porque sean breves ni concisos, sino porque se dejan oír de corrido, con una amabilidad absoluta (lo que puede parecer contradictorio respecto al tono melancólico de buena parte del asunto). Pocas veces media hora pasa tan rápido, y recién nos damos cuenta con los últimos acordes de ‘Nothing Compares’, relectura en clave blues del tema escrito por Prince que se hizo conocido a nivel planetario gracias a Sinnead O’Connor. Aquí, a punta de uñeta y batería, no suena ni como la original ni como su versión más universalizada. Suena como Jiminelson, y no hay mejor forma de resumir de qué va todo esto.

‘Ritmo Es Lo Que Tienes’ muestra ambición desde los primeros segundos. La facilidad con que los acordes de guitarra eléctrica se cruzan con los violines que hacen de telón de fondo, son muestra patente del talento compositivo de todos los involucrados. Cuando sonidos así se mezclan sin esfuerzo y te dan la bienvenida, no puedes sino esperar que lo que viene a continuación esté a la altura de las circunstancias. De eso hay de sobra: blues, rocanrol y pequeños guiños soul (que le dan perfecto sentido a la elección del ya mentado cover) se van cruzando con historias que hablan de nostalgia, noches y confesiones. Y -aquí está el mérito mayor- si no conoces toda la historia previa, creerías que ésta es una banda con años de circo tocando juntos. Así de cohesionado suena el resultado final.

“Serendipity Vol. 1” es más que lo que indica su título. Es más que el mero azar. Es una suma de decisiones conscientes, con sus respectivas consecuencias. El fin de una etapa, el principio de otra. Pero, sobre todo, el comienzo de una experiencia unipersonal. Claro, se puede estar o no de acuerdo con el tono de las declaraciones, con los modos y palabras de esta nueva y -es de suponer- definitiva versión de Jiminelson. Pero aquéllo no puede ni debe estar por sobre la simple e innegable verdad: al final del día, éste es un muy buen disco. Y como dice el mismo Gustavo León, “ritmo es lo que queda cuando no hay nada más”.