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Denise Rosenthal: “He aprendido a luchar por lo que quiero en lo musical”

Denise Rosenthal: “He aprendido a luchar por lo que quiero en lo musical”

Destacada en Billboard como uno de los mejores discos latinos en lo que va del año, junto a otras chilenas como Paloma Mami y Mon Laferte. También destacada en nuestro corazón. Denise Rosenthal liberó un tercer disco bajo su nombre de pila; una placa de quince canciones en la que no solo escuchamos su madurez musical, sino que también nos deslumbra con la experimentación de sonidos y recursos en clave pop latino bailable. Y el goce muchas veces trae reflexión.


Todas Seremos Reinas. Un manifiesto sobre ser mujer en esta parte del mundo, lidiar con las presiones transversales siendo famosas o no, la urgencia de amarnos y, por sobre todo, de entender que juntas somos capaces de pelear por aquellos reinos que nos han sido arrebatados.

Un disco cercano y necesario para niñas, adolescentes, adultas, disidencias, masculinidades atentas, madres con ganas de bailar, padres con la intención de pensar desde una vereda no-tan-tradicional para ellos. No necesitamos saber rapear para querer tener más tiempo para hablar, y Denise deja en claro que el sazón trabajado viene acompañado por una metralleta de verdades respecto a la relación que cultivamos con nosotras mismas y con el entorno.

Hace un par de días vimos el video de ‘Me Enamoré de Mí’, un buen ejemplo para condensar una de las tantas esquinas que encontramos en el relato de la placa. Un sencillo que nos da pistas sobre cómo ha ido mutando el pop, lo exquisito que se ha vuelto tener referentes que nos dejen en claro, desde que somos pequeñas, lo similares que somos a aquellas cantantes que nos acompañan en el día a día. Las estrías, la ansiedad, querer ser el centro de atención y aburrirse de la exposición; el esfuerzo por cultivar amores sanos, los vínculos amistosos que logran salvarnos la vida.

Conversamos con Rosenthal para adentrarnos un poco en el proceso que significó hacer este LP en medio de una pandemia, con las luces definitivas de la adultez ya decorando su aura.

Cinco años han pasado desde Cambio de Piel, el disco con el que se vio un cambio de dirección en lo que Denise estaba haciendo. Y el proceso de composición hasta la publicación de Todas Seremos Reinas, también fue uno largo, donde los aprendizajes y crecimientos quedaron impresos. “Ha sido súper heavy porque el disco reúne distintas etapas y procesos bien íntimos, internos”, dice.

“Cada canción representa, por así decirlo, un crecimiento o un aprendizaje y una decisión también. Se siente bien soltarlo, por fin, porque estuve mucho tiempo tratando de acomodarme y adaptarme a las circunstancias de la pandemia. Este disco iba a salir el año pasado y teníamos pensadas cosas muy distintas. Finalmente la vida siempre nos enfrenta o nos invita a adaptarnos, a ser flexibles”.

“Fue muy simbólico para mí que el primer single haya sido ‘Agua Segura’, porque es como decir ‘okay, las cosas fluyen y en el agua se encuentran los caminos que necesitamos’. Siento que me permití fluir y eso se retrató en la canción. Permítete sentir. Y así ha sido el proceso general del disco, que me tiene muy emocionada. Necesitaba sacarlo, por fin lo solté”.

Ambos discos, Denise cree que “se diferencian netamente en la honestidad de mi propio crecimiento y evolución como artista. También creo que tácitamente propone una columna vertebral un poco más clara respecto a las armonías. Los arreglos vocales representan parte importante de la identidad y la autenticidad de mi proyecto, y creo que en este disco se ve un poco más clara esa propuesta. Creo que mi proyecto está en una especie de eterna transición, que ha sabido representar todo el camino durante este tiempo. He sido súper abierta y he expuesto todos mis procesos de aprendizaje, de exploración. No he guardado ni reservado nada para mí, cuando comparto me tiro a la piscina, por así decirlo”.

“Siento que Cambio de Piel tiene una honestidad más intuitiva, más rústica entre comillas. Eso lo hace distintivo. La gran diferencia es que Todas Seremos Reinas fue un trabajo mucho más reducido, más íntimo. Trabajé con Ten Towns, un gran productor, y yo también tuve participación. Pude ir direccionando las canciones, llegaba con las maquetas ya casi terminadas. Pude ser parte no sólo de la interpretación y lo vocal, también fui parte de los arreglos rítmicos, las armonías. Eso es un cambio grande en comparación a mis otros discos”.

Todas Seremos Reinas llega con un imaginario súper potente; videos de alta factura con conceptos muy claros, y con un nombre muy poderoso también, ¿cómo trabajaste estas decisiones estéticas que acompañan al sonido?

En general, todos mis trabajos siempre están alineados con una cierta representación visual. Trato de plasmar lo que digo con lo que se ve. Tuve la metodología de hacer presentaciones para ir ordenando lo que quería y me imaginaba. Soy pésima, las hago en paint, pero traté de tener esta carpeta en Drive donde puse todas mis ideas, mis referencias visuales para poder dar pistas de la estética que quería. Eso pasa en lo visual y en lo musical. Siento que en mi proyecto es muy importante lo que se propone con la imagen. Es fundamental para mí que esté sincronizado con lo que está diciendo el disco.

Cierra el círculo de la experiencia sonora-visual cuando una se topa con un video tuyo…

¡Qué bueno! Voy trabajando una gran carta gantt, una gran presentación para ordenar mis ideas en base a lo que quiero ir explorando. Es un ejercicio de canción por canción, un espacio para que se entienda cada influencia, para poder darle un orden dentro de la gran propuesta, que converse en lo sonoro y en lo estético. Es algo que vengo haciendo desde Cambio de Piel pero ahora ya lo puse en práctica de manera mucho más planificada y ordenada.

Durante este recorrido hacia Todas Seremos Reinas ¿cómo se te fue dando el lidiar con la ansiedad artística de: o querer sacar todo altiro, o sentir que nunca está listo?

Creo que he aprendido a vivir con la ansiedad, todos y todas la vivimos. Es algo medio imposible de evitar para el humano en el proceso de aprender. Siento que es importante entender cómo lidiamos con nuestras emociones y exigencias. Cómo nos sentimos en este pre-miedo, pre-angustia. He aprendido que quedarse mucho rato ahí es perderse el proceso de todo lo bueno que puede venir. Es un trabajo constante el hacerse cargo activamente de lo que me pasa emocionalmente. Abarcar mi emocionalidad en la música hace que sienta que me estoy prestando atención, puedo identificar de dónde vienen esas ansiedades y para dónde van.

La música me permite decir ‘¿qué hacemos con esto?’, es estar apaciguando esos procesos, entendiendo que todo tiene su tiempo, ya sea mediante momentos espirituales o psicológicos, como sean. He sido autocrítica, muy poco conformista. Es una tarea ardua el aceptar que a pesar del poco conformismo, en ciertos periodos di mi máximo, todo lo que pude. Ahora escucho una canción de hace tres años y pienso que quizás la haría distinta, pero eso era así hace tres años y fue hermoso, sigue siendo una representación de ese momento.

Creo que no me caracterizo por aferrarme a la perfección en las canciones. Las ansiedades vienen del querer mostrar las colaboraciones, las fotos, las canciones que no fueron sencillos. Por suerte el equipo logra apaciguar todo esto, y estos años he aprendido a respetar mis procesos de exploración, aprendizaje y estudio. Todo eso ha estado expuesto también. Es una búsqueda eterna de ese equilibrio entre el querer sacar y el sentir que no es suficiente. De todas formas es lindo, es humano.

Algo humano que se ve exacerbado entre la revolución del 2019 y la pandemia. ¿Este último tiempo ha servido para reconfigurar estos ritmos y ansiedades?

La pandemia me ha propuesto, sobre todo, el tratar de aceptar que uno está adaptándose continuamente, que tenemos que conectarnos con esa capacidad de flexibilizar, de adaptarse, de fluir, de tratar de comprender, de valorar, cuidarse a una misma. Siento que la vida era estar en medio de esta vorágine enorme. Antes era ‘tengo que hacer todo esto’ y no sé si lograba tomar conciencia profunda de todos los aspectos del hacer; en ese caso sirvió para ser más atenta con los procesos, habitar la casa, cuidarse.

Pude obtener este espacio de pensar ‘ya, esto lo estoy haciendo porque yo lo quiero, con todo lo que eso involucra’. Hubo mucho tiempo para pensar. Si hay espacio hay tiempo. Y autoconocerse de esa forma ayuda a poner límites ¿no? Hemos mutado las formas de pensarnos, de pasarlo bien, de ser felices. La pandemia nos deja preguntas como ¿qué es lo que nos hace bien?, ¿qué es lo que no nos hace tan bien? y ¿qué es eso que creíamos que nos hacía bien pero quizás no?

Un periodo duro pero ¿terapéutico? por así decirlo. Me llama la atención que en el disco también hay este dejo de terapia. Pequeñas ficciones que son tan reales que, al final, podrían pertenecer a cualquiera. Mucha metáfora y analogía que engrosan el relato…

Creo que me inspiré mucho en nuestra cultura ancestral, por así decirlo. De refranes populares, lo que me contaba mi abuela, de los procesos de la naturaleza en los que confían nuestros ancestros. Ese tipo de influencias se ven harto en el disco. Mi conexión con la naturaleza siempre ha sido fundamental. Reutilizar o resignificar refranes populares para representar la cultura latinoamericana fue algo que quise hacer. También con la idiosincracia chilena. Los arreglos vocales y las letras representan mi propia expresión; los arreglos me dan ese refugio que para mí son verdad, es donde me siento yo y donde puedo expresarme. Disfruté mucho poder vivir lo vocal y expresar esas historias populares, realmente ha significado encontrarme a mí misma dentro de esa propuesta.

Me gustó mucho poder escuchar a la Denise que ya conocemos pero de una forma más cebolla, por capas, con un núcleo firme. Todas Seremos Reinas se expande hacia los lados, ¿hubo géneros, arreglos o técnicas que quisiste probar deliberadamente o algo en lo que quisiste atreverte sin importar tanto el cómo pudiera salir?

Yo creo que esa es mi eterna búsqueda o lucha. Atreverme y experimentar, y ese ejercicio a veces funciona y otras funciona menos. De todas formas es un ejercicio que te hace crecer igual. Me gustan los desafíos, quiero aprender cosas, quiero estar en constante cambio y evolución. Eso implica estar abierta a los estímulos que vamos teniendo, lo que se comparte con otros artistas, colaboradores. Es súper bacán y nutritivo. Me atreví un poco más que en Cambio de Piel, sobre todo con el tema de las voces, que es muy importante para mí pero que no siempre se entiende tanto, mucho menos cuando se quiere probar desde el pop. Como que nadie confiaba mucho en esa visión mía y en este disco fue ‘a la chucha, esto es lo que soy yo y es lo que me hace feliz’. He aprendido a luchar por lo que quiero en lo musical. En algún momento voy a hacer un disco sólo de voces y que no necesite nada más que voces, pero para llegar ahí hay distintos caminos que me he propuesto o me he llevado a vivir. Todas Seremos Reinas es parte de eso.

Tuviste colaboraciones con Danna Paola, Lola Indigo, Mala Rodríguez, y es muy lindo ver a este team de creadoras que intercambian creaciones, ¿qué aprendizajes te han dejado estos intercambios?

Es súper político, de por sí, ver a mujeres colaborando. Vivimos en una industria y una sociedad que está constantemente invitándonos a competir entre nosotras, diciéndonos que hay poco espacio, que hay menos escenario, que hay menos oportunidades. Creo que hay que estar activamente haciéndose cargo de eso, invitando no sólo a la industria sino que a los espectadores a generar un espacio más equitativo. No se trata sólo de cómo nosotras reaccionamos, también pasa por cómo toda la sociedad reacciona a estos procesos. Para mí es decisivo y fundamental colaborar con otras mujeres. En el último tiempo trabajo, en su mayoría, con mujeres: músicas, equipo creativo. Es lindo compartir nuestros procesos personales al momento de invitarnos. Te sientes mucho más cobijada cuando hay un grupo de mujeres atrás acompañándote en los procesos, es mágico. Lo íntimo se vuelve colectivo y es sanador.

Qué alegría saber que hay un montón de niñes que van a escuchar Todas Seremos Reinas y van a crecer con la certeza que tienen un reinado, que tienen que defenderlo, y que tienen otras reinas para apoyarse…

Eso es lo que más me hace feliz. Lo que me fortalece e inspira porque seguir no siempre es fácil. Es difícil estar lidiando constantemente con un montón de trabas pero es hermoso poder generar este sentimiento de que somos parte de algo.

En una época en la que el pop dejó de ser el género reinante de la industria, ¿cómo mantenerse fiel a él?

Estoy en constante cambio, no descarto que en algún momento haga otra cosa porque se me dio la gana y ya, tengo esa libertad. Pero para mí el pop siempre ha sido inspiración. Me encanta la música popular y habitar espacios populares generando contenido constructivo. Y no sólo hablo de música popular, esos espacios abarcan la calle, la radio, la tele, la publicidad, las revistas, todo. El desafío es transformar lo popular en un espacio más sano.

También estamos en época de singles, y a pesar de habernos mostrado hartos sencillos antes de lanzar el álbum, no deja de ser una entrega de 15 canciones. ¿Cómo fuiste construyendo el orden, en el que la intro es una declaración tan potente como la primera canción, con un final que nos deja con esta sensación de final abierto?

‘Todas Seremos Reinas’ siempre la concebí como la intro pero más que eso tiene que ver con lo que te contaba de los arreglos vocales. Fue ese lugar en el que me pude expresar sin juicio, sin exigencia, sin hacer lo que debo. Fue bacán fluir desde ese lugar que me da libertades. Estos extractos que se escuchan en el disco, aunque sean cortitos, son un dulce para mi alma. Responden mucho a la búsqueda de la representación femenina más ancestral, de la unión y la armonía más compleja.

Hay un extracto de un poema de Gabriela Mistral que para mí fue una inspiración tremenda por mi mamá y mi abuela que recitaba poemas. Mi linaje femenino me llevó a abrir con este statement de ‘todas somos reinas, yo soy reina, tú eres reina’. Compartamos el poder. El poder se comparte. Es una especie de grillito que resignifica el poder y eso es lo que se refleja en la portada del disco también. El cierre es algo que escribí pensando en esto que me preguntabas: ¿cómo te mantienes fiel, cómo mantienes la esencia? Nació en un momento de mucha exigencia, del cumplir o no, en la búsqueda de los límites, que aún no tengo tan claros. Eso es lo que quería que propusieran las canciones, específicamente el cierre: aunque sigo aprendiendo sé que hay una vida que no quiero tener. El qué puedo lograr y hacer puede variar pero tengo claro qué es lo que no me parece en torno a las decisiones que tomo, a lo que escribo, a lo que hago.