Rick Rubin
Toda banda grande se ve frente a ese dilema. En ocasiones, más de una vez durante sus carreras. Todo grupo que se ha vuelto icónico tiene guiños sonoros que le son característicos, una zona de comodidad donde han comprobado de facto lo buenos o efectivos que pueden ser. Y llega un minuto en que -sea por voluntad propia, sea por las circunstancias- tienen que escoger. Seguir la ruta conocida, o apostar por la evolución.