Maratón The Smashing Pumpkins

Maratón The Smashing Pumpkins: Zeitgeist (Reprise, 2007)

La palabra Zeitgeist es un término acuñado por el romanticismo alemán, allá por 1769. Su traducción literal es “el espíritu de los tiempos”, haciendo referencia al estado general de una nación o un grupo específico, en todos sus aspectos: cultural, político, social, espiritual e incluso ético. Y desde su portada, es evidente que este disco apunta a esa crítica de lo que Corgan denominó el “fascismo emergente” en la política estadounidense.

Maratón The Smashing Pumpkins: MACHINA/The Machines of God (Virgin, 2000)

La frase “Proto cyber metal” suena como una definición de estilo que bien podría creerse obra de algún subclasificador de la actualidad. Pero no. Son las palabras con las que el propio Billy Corgan explicó el sonido de “MACHINA/The Machines of God”, el principio del último capítulo de The Smashing Pumpkins y el intento por crear un punto de consenso entre las guitarras y los sintetizadores de sus dos elepés anteriores.

Maratón The Smashing Pumpkins: Adore (Virgin, 1998)

Con la espalda cargada de expectativas ajenas, después del éxito de “Mellon Collie and the Infinite Sadness”, y el cansancio tras una gira de dos años, Billy Corgan se vio en la obligación de escribir la mejor obra de The Smashing Pumpkins. O intentarlo, al menos, aunque fuese siguiendo su propia lógica y esa metodología no resultara, como finalmente ocurrió. Porque “Adore” es, en retrospectiva, el principio del fin del grupo.

Maratón The Smashing Pumpkins: Mellon Collie and the Infinite Sadness (Virgin, 1995)

Si la letra y música de “Siamese Dream” consistía en una catarsis sónica de Billy Corgan, “Mellon Collie and the Infinite Sadness” se corona como un desgarro en sí mismo. A pesar de ser esta una etiqueta, quizás, demasiado liviana para calificar al álbum, las 28 canciones que componen el disco se levantan en dimensiones independientes, siempre partiendo de esa base de amargura o descontento, plasmada en la diversidad de sonidos presentes en la obra.

Maratón The Smashing Pumpkins: Pisces Iscariot (Virgin, 1994)

Con “Siamese Dream” (Virgin, 1993), la carrera de The Smashing Pumpkins recibió un empuje que los dejó muy cerca de la consagración definitiva dentro de la masividad. Una obra impecable que les valió suculentas ventas en su natal norteamérica y giras cada vez más auspiciosas. Su contraparte residía en la pésima relación que existía entre los cuatro miembros de la agrupación, cuyas grietas y heridas se abrieron durante la grabación de aquel disco.

Maratón The Smashing Pumpkins: Siamese Dream (Virgin, 1993)

Para pasar de promesa indie a sensación mundial, The Smashing Pumpkins recorrió uno de los caminos más tortuosos de los noventa y engendró un disco bajo condiciones de suma hostilidad. Billy Corgan experimentaba un severo bloqueo creativo, producto del quiebre con su novia y la pérdida del departamento en que vivía. Al unísono, también acabó la relación amorosa entre James Iha y D’arcy Wretzky, luego de la gira de “Gish”. Caso aparte era el de Jimmy Chamberlin, quien hacía todo lo contrario y afianzaba su idilio con la heroína.

Maratón The Smashing Pumpkins: Gish (Caroline, 1991)

A finales de 1990, cuatro músico veinteañeros de Chicago dieron con el nombre de Butch Vig, por sugerencia de su sello discográfico, mientras buscaban un productor barato. Eran The Smashing Pumpkins, quienes sólo contaban con el autogestionado single debut ‘I Am One’, editado por la pequeña etiqueta Limited Potential, y querían seguir obrando en estudio. La primera colaboración entre ambas partes se llamó ‘Tristessa’, el único sencillo de la banda para Sub Pop y el primer atisbo de lo que sería “Gish”.