Alain Johannes

Queens of The Stone Age tenía una cuenta pendiente con sus seguidores chilenos, contraída en la primera venida -en el marco del Maquinaria Festival- y ratificada en la versión local de Lollapalooza, en el 2013. Bastante esperaron los fanáticos para que esta deuda se pagara, pero definitivamente valió la pena.
Finalmente, llegó el día. Tras las polémicas, las expectativas, las demandas, las promesas y los severos errores. Aún entonces, ad portas al evento mismo, era inevitable sentir una natural incertidumbre que iba mucho más allá de la productora y la fama que ésta se creó durante los últimos meses. Porque, en el papel, el Maquinaria Festival era una experiencia completamente inédita, que requería un nivel de eficiencia y organización (por parte de sus realizadores) a la altura de las circunstancias. Pero, asimismo, era fundamental que el público también hiciera su parte y actuara de forma acorde -lo que implicaba, digámoslo, que muchos se tragaran una más que justificada disconformidad acumulada en las semanas previas-.