Reseñas
El concepto de one-hit wonder no necesita mayor explicación a estas alturas. Hace rato que dejó de ser exclusivo de los “entendidos”, ya está tatuado a fuego en la cultura pop y sus listas. Hay otro término que se le parece, pero no es lo mismo: el one-trick pony. Un one-trick pony es alguien con habilidad limitada que supera las expectativas gracias a un gran talento, un truco. Pero sólo uno.
Si algo ha dejado claro Zachary Francis Condon, el líder de Beirut (quien, de hecho, inició todo esto como un ejercicio solista), durante los cinco años y medio que tiene la banda en actividad, es que su propuesta es un cóctel en que elementos europeos y latinoamericanos siempre han tenido presencia estelar. Una constante que ahora, con “The Rip Tide”, parece empezar a cambiar.
A cuatro años de su debut solista y dos de su excelente segundo disco (acompañado por The Falsos), el cantautor chileno Fernando Milagros muestra en su nuevo largaduración, “San Sebastián”, frutos inequívocos de alguien que ha estado mucho tiempo recopilando experiencias de toda índole, canalizados con una profundidad conmovedora a lo largo de las diez canciones que integran este trabajo.
Hay grupos que tienen una comunión especial con nuestro país, ya sea que vengan todos los años o no. Y dentro de esta categoría, sin duda el fenómeno de Pearl Jam los califica como banda de culto. Tardaron en llegar la primera vez, y su entrega en aquella fecha doble fue tal que el escenario de ayer era inevitable: una cancha repleta, en la que con suerte cabían un par de alfileres atrás, aguardaba ansiosa por reencontrarse con el quinteto de Seattle y celebrar sus dos décadas de carrera.
Allá por el 2008, Interpol se presentó por primera vez en Chile con tres discos y el cartel de fenómeno al cuello ante un público ávido de su sonido. Este año, como quinteto y tras la partida de uno de sus miembros fundadores, regresaron a nuestro país para defender en vivo el trabajo más cuestionado de su carrera.
Tras el excelente diagnóstico de buena salud que nos entregó su disco homónimo, Wilco regresa dos años más tarde con la titánica labor tarea de mantener el estatus obtenido después de mucho tiempo de arduo trabajo.
Pocas cosas más jodidas hoy en día -en cuanto al mundo de la música se refiere- que ser una banda británica cuyos primeros discos causan impacto. El nivel de presión que esto acarrea es, digámoslo, ridículo. Sí, las expectativas siempre han sido tema a la hora de hablar de artistas jóvenes, pero ahora se disparan demasiado alto, muy fácil. Ejemplos sobran y The Horrors cumple con todos los requisitos para ser uno de ellos.
La relación de Radiohead con las claves de la electrónica viene gestándose hace ya mucho tiempo. Desde la experimentación de atmósferas y beats en álbumes como “Kid A” (2000) y “Amnesiac” (2001), hasta desembocar en obras como “COM LAG (2plus2isfive)” el año 2004, con remixes de Four Tet y el nacido en Chile, Cristian Vogel, el terreno venía preparándose para un proyecto mayor.
En un 2011 donde el circuito de conciertos se ha encargado de hacer justicia con varias deudas pendientes, este viernes en el Bicentenario de La Florida era el turno de que se pagara una de las grandes. Puede ser un concepto repetido, pero no por ello es menos cierto: System of a Down es parte fundamental de la banda sonora de miles de ex adolescentes que ayer asistieron en masa a encontrarse con ellos.
A estas alturas, hablar del año 1997 en materia de lanzamientos nacionales es pensar casi en una época dorada. Pocas veces tuvo lugar en nuestro país el arribo de tanto material robusto en calidad. En aquellos doce meses nos encontramos con obras enormes, cortesía de personajes como Carlos Cabezas (“El Resplandor”), Los Tres (“Fome”), Criminal (“Dead Soul”) y Los Tetas (“La Medicina”). Y no sólo eso, pues además fuimos testigos de la irrupción de nuevos artistas, como Tiro De Gracia, Gondwana y Elso Tumbay.

