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En circunstancias normales, el regreso de Paul McCartney a nuestro país sería el gran tema de conversación. Sin embargo, los últimos días hicieron que la vigilia pasara a segundo plano. Así, casi de súbito, la visita del británico es el eje central de las alternativas inmediatas. Pero, por supuesto, hay más.
Pasaron cuatro años desde su reunión y casi 26 de carrera antes del debut en nuestro país de Soundgarden, y fue en grande. Éste era un momento especial gracias a una multitud de factores coincidentes: dos décadas de “Superunknown” (1994), la fuerza creativa que los tiene en forma compositva con un nuevo disco (“King Animal”, del 2012), proyectos paralelos y un séptimo álbum en la mira.
Comenzaba a cerrarse la cuarta edición de Lollapalooza Chile y una gran cantidad de fanáticos se alejaba de los escenarios principales, dejando el extraordinario final de show que ofrecía en ese momento Arcade Fire y el set del último cabeza de cartel del evento, Soundgarden, para conseguir ubicación en el apartado PlayStation Stage y así tener una cita con la historia. Ahí estaba programada una agrupación influyente y legendaria, de credenciales pocas veces vistas en la versión local del festival: New Order.
Muchas personas que viven de la industria musical -y también quienes la consumen- alegan la carencia de sangre desde la caída del grunge, y en especial durante la hegemonía de Internet y las máquinas como principal motor de creación y distribución. Extrañan un proyecto propositivo, más allá de una bonita foto o artilugios dispensables. Hablan de la ausencia de una nuevo nombre, digno de congregar y mover masas no sólo por imitables cortes de pelo. Arcade Fire se presentó el día domingo en Lollapalooza Chile 2014 y probó que hay esperanza.
Los gritos de la gran cantidad de fanáticas que se apostaban desde antes de las 17:30 hrs. en las cercanías del Coca Cola Stage eran la señal inequívoca. Ezra Koenig, Rostam Batmanglij, Chris Baio y Chris Tomson pronto asomarían por un costado del escenario para dar inicio al debut de una banda muy esperada en nuestro país: Vampire Weekend.
Pasado y presente. Por un lado estaba New Order, grupo de músicos venidos desde las cenizas del post-punk de Joy Division, encargados de cerrar la noche del domingo en el PlayStation Stage. Pero, horas antes de los británicos coronando ese escenario, sus compatriotas de Savages dieron un hipnótico show que no dejó a nadie indiferente.
Si hay que mirar lo ofrecido en Lollapalooza Chile 2014 y buscar lo más penoso, malo, pésimo y cuanto sinónimo falte, un nombre resume todo: Julian Casablancas. El paso del norteamericano por nuestro país -tanto en su bullado Sideshow como en su presentación en el festival mismo- decepcionó en grande e incluso lleva a cuestionar el momento y nivel de su carrera personal. ¿Qué te pasó, Julian?